sábado, 23 de marzo de 2013

Repugnancia

qué asco leer los periódicos como si a través de ellos todavía pudiéramos informarnos cuando, en rigor, todos los días nos intoxican el tiempo de que disponemos con esa crisis imaginaria que ya lleva chorros de tinta impresos como si tuviera algo que ver con la verdad ¿para cuándo unos periódicos que informen sobre la ciudadanía, pero no sólo cuando los ciudadanos se suicidan por sentirse incapaces de cumplir con las exigencias que embargan la vida digna soñada? ¿para cuándo unos periódicos que acerquen a los mandatarios las necesidades de los ciudadanos? ¿para cuándo un periódico que crea en la ciudadanía y sitúe el Discurso del Amo en aquellos que ahora leen como Esclavos?  

qué asco el discurso de la vida mercantilizada que trata con respeto la frustración y el fiasco del trabajo compulsivo como forma de vida necesaria ¿y si un día descubriéramos que esos que se reúnen están regularizando nuestras condiciones de vida como si fuéramos miembros de su rebaño del que sacan partido y beneficios sólo económicos sin importarles el valor de la vida buena en sí?

qué asco l@s señorit@s que aceptan un salario a cambio de hostigar al que empobrecido ha dejado de tener recursos para afrontar la deuda ¿qué fue de la solidaridad y el respeto?

qué asco que la gran mayoría todavía se deje expoliar por una minoría de la que no depende nada: la Tierra no va a dejar de girar diga lo que diga o firme lo que firme Merkel; lo más cierto es que siendo ésta, la vida de cada uno, nuestra única oportunidad lo verdaderamente útil sería pasarlo lo mejor posible:
sin comprar
sin ganar ni perder
sin producir
sin rezar
creando y recreando las condiciones de vida buena
en esencia, nos basta con que el giro de la tierra nos devuelva los rayos del sol: de esa hipotética crisis en la que se perpetra el abandono de lo humano por la defensa de los números y sus resultados imaginarios, no depende nada




jueves, 21 de marzo de 2013

Cuatrocientos cuarenta y cinco días después

La ciudadanía y los políticos avanzan en direcciones opuestas. Finalmente, afirmamos que el sol es gratis, y que nadie se merece vivir la vida como si de un esfuerzo se tratase. Todos merecemos vivir la vida siendo eso que es: nuestra única oportunidad.

Grosso modo la institución monárquica se tambalea; la familia real es una más de las comunes; los miembros del equipo de gobierno de nuestro presidente, no sólo mienten, sino que además les ha salido una pequeña púa en el corazón, derrochan falacias en sus discursos con tal de evitar nombrarla; a los católicos se les dimitió el papa y les han nombrado otro: y ahí andan los diarios tirando chorros de tinta dotando de importancia todos  estos acontecimientos...

Nosotros seguimos siendo los mismos, aunque hemos cambiado de cole: hemos salido del santuario privado concertado y hemos entrado en el cole público (en todas las ollas cuecen habas); ahí dados a la crianza y a mirarnos casi de lejos, comentando de vez en cuando alguno de los acontecimientos anteriores, comentando el escándalo.

Cristina armada de cierto silencio se entreguó a la lectura y la escritura en una especie de institucionalización de la intimidad: JACQUES EDMUND FRIEDRICH: bosquejo de un diálogo fecundo. Y sigo amando y sigo tumbándome de vez en cuando a percibir los movimientos de la Tierra. A veces lloro.